6 errores comunes que cometemos al ducharnos
Hoy vamos a hablar de los errores más frecuentes cometidos en la ducha. Si, si, en la ducha. Resulta difícil pensar que una actividad tan rutinaria y placentera pueda afectar de forma negativa a nuestro cuerpo ¿no? Pero la verdad es que hay mucho margen para el error entre el momento en que el agua golpea tu piel y el momento en que sales de la ducha para secarte.
A continuación, te desvelamos los seis errores más comunes que has de evitar la próxima vez que te metas en la ducha.
Ducharse con agua muy caliente
Si alguna vez has oído que las duchas con agua escaldando son buenas para tu piel, saca esa información de tu cabeza, pues más bien se trata de todo lo contrario.
El agua demasiado caliente, no solo irrita tu piel mientras te duchas, si no que también es causa de sequedad e incluso picor. Además corres el riesgo de despojar a tu piel de los aceites naturales que tan desesperadamente necesita. Tampoco hace falta irse al otro extremo y empezar a ducharse con agua fría (aunque en verano nuestra tu piel nos lo agradece seguro), pero sí que lo hagas con agua tibia –entre los 25 y los 30 ºC–. Verás que los beneficios son múltiples a corto y largo plazo:
- El aspecto de la piel mejora
- Se mantiene más hidratada, tersa y con los poros cerrados
- Calma el picor
- Mejora la circulación y mantiene a raya las varices
- El pelo no se engrasa tanto y esta más brillante
- Después de la ducha te sientes más activo
- Estimula el metabolismo y quema más calorías
Usar un jabón demasiado fuerte
El fin último de la ducha es limpiar la piel de las impurezas, de pies a cabeza. Sin embargo, si utilizas un jabón que es demasiado agresivo para su piel, corres el riesgo de despedirte de todos los aceites naturales que mantienen la piel húmeda e hidratada. Evita los jabones antibacterianos en la ducha y opta por un limpiador corporal que cuente con un agente hidratante para ayudar a la piel a retener su humedad, como la manteca de karité en el caso de Lipikar Syndet AP+ de La Roche Posay, o que esté formulado a base de ingredientes naturales, como los nuevos Geles de ducha de Roger & Gallet.
Gel de ducha relajante ‘Fleur de Figuier’ de Roger & Gallet
Frotar tu cuerpo de manera agresiva
Tanto si utilizas una esponja normal, una de lufa o un guante o una toallita para distribuir el producto por tu piel, evita la excesiva fricción para preservar la barrera protectora de la piel y evitar irritaciones. En su lugar, desliza suavemente por tu cuerpo el gel de ducha o limpiador con ayuda de tus manos (¡es mucho más delicado!) o un paño suave con el mínimo frotamiento. Si te gustan las esponjas, ten en cuenta que pueden albergar fácilmente las bacterias cuando se guardan en la ducha, lo que nos lleva al siguiente punto…
Accesorios de baño de The Body Shop
Tu esponja no está limpia
Piensa en tu ducha cuando no estás en ella. Normalmente es un espacio sin mucha luz y húmedo, un caldo de cultivo de gérmenes y bacterias para infectar. Si sueles dejar tu esponja o cuchilla de afeitar en la ducha, dale un buen enjuague con agua caliente antes de frotarla contra la piel. De todas maneras, la solución ideal es almacenar tus utensilios para la ducha en un área bien ventilada que no sea propensa a la formación de moho.
Ideas de almacenaje via Pinterest
No hidratar la piel inmediatamente después
Uno de los mejores momentos para hidratar la piel es cuando está ligeramente húmeda después de la ducha. Muchas personas descuidan este paso y se secan con la toalla y a continuación se visten. Es necesario que le aportes a la piel cualquier pérdida de humedad que haya podido tener durante la ducha. Apuesta por las lociones o cremas no comedogénicas que directamente le den de beber a tu piel. Y no lo decimos solo nosotras, los expertos también lo corroboran.
Aqua Sorbet Ideal Body de Vichy | Imagen via LadyJolie.com
El cuero cabelludo, un gran olvidado
El cuero cabelludo es piel después de todo, por lo que puede sufrir la obstrucción de los poros al igual que el resto de tu cuerpo. Para evitar la aparición de escamas después del champú prueba un tratamiento exfoliante para el cuero cabelludo al menos una vez a la semana. Esto puede ayudar a restaurar un equilibrio saludable a tu cuero cabelludo. Saltarte este paso puede dar pie a folículos pilosos que se tapan con la suciedad.
Gel exfoliante Melaleuca de René Furterer | Imagen via Zaphiraw.de
Fuente: tupielytu.es
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