Claves para una vuelta al cole saludable (III): Los contagios más comunes

La gripe y los catarros son las enfermedades más comunes a lo largo del curso. La llegada del otoño, el cambio de temperatura y la convivencia de un alto número de niños favorecen la proliferación de estos virus.

Sin embargo, contrariamente a lo que se piensa, la causa principal de este aumento de enfermedades suele ser la falta de una correcta ventilación de las instalaciones. Por eso resulta de gran importancia que, al elegir un centro educativo, nos fijemos en las ventanas del edificio, si dan al interior o al exterior y que preguntemos cuánto tiempo se mantienen abiertas una vez terminadas las clases.

En los contagios, la responsabilidad de todos los padres juega un papel fundamental. Los profesionales de escuelas y guarderías manifiestan que son muchos los niños que asisten a clase enfermos y que, a pesar de que los padres les hayan suministrado algún antitérmico previamente para bajar la fiebre durante las horas lectivas pueden contagiar fácilmente a sus compañeros.

En estos casos, las normas de asistencia ante la enfermedad se hacen más rígidas y la mayoría de los centros exige que los niños que presenten más de 37 grados de temperatura no vayan al colegio hasta que hayan pasado al menos 24 horas sin fiebre y sin haber tomado antitérmicos.

Por otro lado, existen otros casos en los que el periodo de contagio de la enfermedad coincide con la incubación de la misma, por lo que es imposible prevenirla. Durante este tiempo, el niño no presenta síntoma alguno y este es uno de los motivos por los que, por poner un ejemplo, el sarampión se convirtió en epidemia en Madrid el año pasado.

Es imprescindible vacunar a los niños siguiendo el calendario del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (A.E.P), que ayuda a evitar que niños demasiado pequeños se contagien de enfermedades para las que aún no están vacunados.

Los piojos son otra epidemia común que trataremos en el próximo post.