¿Como afecta el agua de mar a mi pelo?

El agua de mar afecta de forma diferente a cada tipo de cabello, por eso debemos ser conscientes de cuál es nuestro caso para poder prevenir y combatir su efecto de la forma más apropiada.

Si nuestro cabello es más bien graso, el agua salada puede ser incluso beneficiosa porque contribuye a suavizarlo y darle volumen; de hecho, es usada por los profesionales con tal fin. Además, tiene un efecto anticaspa y calma las irritaciones de la epidermis.

El agua marina tiene un pH muy elevado (7,8, aproximadamente), que no es nada bueno si nuestro cabello es de tipo normal o seco, ya que nos restará brillo, consistencia y elasticidad. Es en este caso que convendrá tomar algunas precauciones, como utilizar un gorro o recurrir a un spray con protección específica o tomar complejos vitamínicos que fortalezcan y nutran nuestra melena.

Deberemos intensificar estas precauciones si aplicamos algún tipo de tinte a nuestro cabello, pues los baños prolongados en el mar tienden a decolorar el pelo. Un truco que puede ser de utilidad si este es nuestro caso, es exagerar la intensidad de los tintes oscuros si tenemos pensar unos días en la playa (recuerda que los colores rojizos son los que más se afectan con el sol). Tras el chapuzón, conviene enjuagarse el cabello con abundante agua fría o tibia y abstenerse de utilizar el secador. Nunca está de más aplicar un acondicionador o una mascarilla si el daño es más severo.

Pero el mar no es el único enemigo de la integridad capilar durante el verano. El cloro ataca las grasas naturales protectoras del pelo, volviéndolo vulnerable y quebradizo por lo que resulta imprescindible darse una ducha antes y después de lanzarse a la piscina para eliminar estos compuestos. En segundo lugar, debemos ser conscientes de que la radiación ultravioleta afecta tanto al pelo como la piel. Es por eso que los especialistas recomiendan usar frecuentemente champús con filtro solar para mantener intacta la queratina, responsable del brillo y el color capilar.