Cómo cuidar la piel durante el embarazo

La alteración de las hormonas y la evolución física que experimenta el cuerpo de la mujer durante el embarazo puede producir cambios bruscos en la textura de la piel. Aparecen las varices, estrías y algunas veces picor en la piel y retención de líquidos. La mayoría de estos cambios desaparece naturalmente después del parto pero nunca está de más tomar algunas precauciones para estar guapa y en plena forma durante la feliz espera y después del parto.

Limpieza e hidratación

Durante el embarazo, la piel del rostro está radiante, por eso debes aprovechar esos meses para lucir una piel limpia, hidratada, luminosa y en resumen, sana. Dedica unos minutos cada día a pequeños rituales de belleza, como los que te proponemos aquí.

Presta especial atención a la hora de elegir tus cremas, pues hay ciertos principios activos contraindicados durante el embarazo como retinol, ácidos, algunos despigmentantes, aceites esenciales y algunas algas. Después de limpiar la piel y aplicar la crema de día, puedes usar también a diario una mascarilla relajante o de luminosidad y dejarla reposar en exposición diez minutos antes de retirarla.

Evita las manchas

Desde el primer momento en que se detecta el embarazo, es aconsejable aplicar siempre protección solar y maquillaje con filtro UVA y UVB antes de salir de casa para evitar el temido cloasma.

Celulitis

Durante el embarazo hay una predisposición al aumento o aparición de celulitis si esta no está ya instaurada. Existen medidas que pueden ayudarte a evitar la retención de líquidos y los problemas en la circulación de retorno, como por ejemplo:

1. Realiza masajes con una crema hidratante (recuerda que las lociones anticelulíticas estan contraindicadas). Masajea con pases circulares ascendentes desde los pies e insiste más en las zonas con más acumulación de grasa (parte externa del muslo e interna de la rodilla), mediante pases concéntricos.
2. Mueve las piernas mientras estás sentada, flexionando y estirando los pies.

Estrías

Las estrías son posiblemente uno de los temas que más preocupan a las embarazadas. Aunque la piel es muy elástica, el pecho, la tripa o las caderas son zonas que sufren un cambio de volumen muy rápido que se traducen en pequeñas roturas de la piel por la falta de elasticidad.

La clave está en la prevención aunque lamentablemente no hay un método científico imbatible que garantice la no aparición de estrías durante el embarazo. Mantener la piel hidratada aportará más suavidad, tonificación y evitará los picores que son consecuencia del crecimiento del volumen del vientre.

Desde el primer momento del embarazo podemos aplicar productos emolientes, como aceite de jojoba y/o aceite de rosa mosqueta, para aportar elasticidad a la piel. Las cremas antiestrías cuentan con sustancias que favorecen la formación de fibras elásticas y de colágeno y tienen activos reparadores. Aplícalos dos veces al día, con masajes circulares muy suaves, en abdomen y senos, hasta la total absorción del producto.