Decálogo para proteger la piel de tu bebé del sol
Cuántas veces hemos oído aquello de que la piel tiene memoria y qué cierto es… Piensa que la piel se pone manos a la obra desde que nacemos y empieza a recibir los primeros rayos del sol. Por desgracia su capacidad de «sumar» esa radiación es limitada y, aunque es capaz de regenerar las quemaduras más agresivas, no las olvida y al alcanzar un umbral determinado corremos el riesgo de ver aparecer problemas como el fotoenvejecimiento y el cáncer.
La reducción de exposición solar durante la infancia disminuye el riesgo de padecer cáncer de piel. Según los especialistas, la sombra y la ropa son los mejores protectores solares para los más pequeños, especialmente si aun no pueden hacer uso de fotoprotectores. A continuación te detallamos algunos consejos a tener en cuenta, especialmente ahora en verano.
1. No se debe exponer a un bebé menor de seis meses directamente al sol
Pediatras y dermatólogos aconsejan no poner a un recién nacido en contacto directo con el sol, pues la piel de un niño tan pequeño es especialmente sensible a los efectos negativos de los rayos ultravioleta. Por ello, los médicos no recomiendan llevar a un recién nacido a la playa y advierten a los padres de lactantes de más de un mes que lo mantengan bajo la sombrilla durante una jornada en la playa o en la piscina, excepto a primera hora de la mañana y última de la tarde.
2. Las cremas solares no son recomendables antes de los seis meses
Los expertos indican que el mejor protector solar para un bebé menor de seis meses es la sombra. Las cremas solares, incluso las de mayor índice de protección, podrían no ejercer suficiente efecto escudo para la piel de un niño tan pequeño, pues estos tienen una piel tan sensible que corre un gran peligro de irritarse debido a los componentes químicos de los protectores solares. A partir de los seis meses podrán empezar a utilizarse en pequeñas cantidades en las zonas más sensibles.
3. Es obligatorio dar paseos a un bebé durante los primeros meses
Como la piel de un recién nacido no puede entrar en contacto directo con el sol, los médicos recomiendan los paseos diarios para que este sintetice la vitamina D obtenida normalmente a través de la exposición directa al sol. Unos minutos de paseo, entre cinco y veinte, serán suficientes para que los huesos de un bebé de menos de seis meses obtengan la vitamina D que necesitan. Los especialistas opinan que en verano lo óptimo es no sacar de paseo al bebé entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde.
4. Los efectos del sol sobre la piel son especialmente peligrosos hasta los tres años
Que los padres tendrán que extremar sus cuidados con un bebé de menos de seis meses no significa que deban despreocuparse en cuanto su hijo cumpla seis meses y un día. De hecho, aunque el cuidado frente al sol deba extenderse durante toda la vida, es especialmente importante durante los tres primeros años y debe prolongarse durante la infancia.
5. El protector solar debe aplicarse correctamente
El fotoprotector puede empezar a utilizarse partir de los seis meses y con moderación hasta que el niño cumpla un año. Debe aplicarse media hora antes de exponer al bebé al sol, extremando la precaución en rostro, labios, cuello, cabeza, torso, orejas y dorsos de los pies, y administrar la crema cada dos horas. Recuerda que es conveniente evitar que un niño esté en contacto directo con el sol durante las horas más fuertes, desde las once de la mañana a las cuatro de la tarde.
6. Es necesario elegir protectores específicos para niños
El factor de protección de la crema que se elija debe ser el más alto posible, de cincuenta en adelante. También es importante la elección de una textura adecuada para la frágil piel de un niño; algunos pediatras recomiendan a los padres optar por cremas, leches o lociones solares, por ser más hidratantes que aquellas presentadas en forma de espumas y geles. Por último, la crema solar que decidan usar los padres tendrá que ser especialmente resistente al agua y a la fricción, que combata tanto los rayos UVB como los rayos UVA.
7. La ropa es el mejor escudo de un bebé
Aunque los padres hayan aplicado protección solar al bebé, los pediatras recomiendan vestirlo con ropa de algodón puro y no olvidar nunca cubrir su cabeza con un gorro. También advierten de no tapar en exceso al niño para que permanezca a una temperatura fresca y no sude ni sufra golpes de calor.
8. Evitar golpes de calor mediante una hidratación adecuada
La capacidad de regulación corporal de un niño de menos de tres años es limitada y, por ello, al exponerlo al sol podría sufrir un golpe de calor. Esto puede ocurrir incluso aunque el niño lleve crema solar, pues esta protege de los efectos nocivos del sol pero no combate el calor. Para evitar un posible golpe de calor deberás mantener suficientemente hidratado al bebé, dándole de beber tanto líquido como sea necesario.
9. La protección debe administrarse aunque el niño no esté bajo exposición solar
La aplicación de fotoprotector no deberá limitarse a cuando el niño esté en contacto con el sol sino que también tendrás que poner crema al bebé cuando este se encuentre a la sombra, e incluso en los días nublados.
10. El agua, la hierba, la arena y la nieve reflejan los rayos solares
Cuida especialmente la protección de la piel de tu bebé en la piscina, la playa, la nieve y el campo, o en cualquier lugar en el que haya elementos potenciadores de la radiación solar.
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