La laringitis en niños: consejos y cuidados
La laringitis es una inflamación de la laringe causada en la mayoría de las ocasiones por un virus. Suele aparecer de forma brusca por la noche y se considera aguda si dura alrededor de dos días. Por el contrario, si dicha inflamación se alarga durante más de dos semanas, estaríamos hablando de laringitis de tipo crónico.
A pesar de que es una enfermedad leve y generalmente con muy buen pronóstico, la mayoría de padres se suelen alarmar cuando se presentan los primeros síntomas de laringitis en sus hijos. Lo más prudente es siempre acudir al pediatra o al otorrinolaringólogo ante el menor síntoma que nos haga sospechar para que lo diagnostique y recete el tratamiento adecuado.
El grupo de edad con más propensión a padecer laringitis son los niños y niñas de entre 3 meses y 3 años –especialmente si acuden a la guardería–, pero hay una serie de factores que también favorecen su aparición, como por ejemplo:
- La llegada del otoño y el invierno
- El calor excesivo de las calefacciones
- Respirar en ambientes muy cargados, especialmente en espacios cerrados con humo de tabaco
- Las personas con las defensas bajas
Los principales síntomas de la laringitis son la presencia de voz ronca, una tos ronca muy característica, dolor y picor en la garganta, fiebre muy alta que oscila entre los 38 y 40º y en algunas ocasiones presencia de vómitos. También se suele presentar bastante dificultad al tragar y al respirar, porque hay una sensación general de bastante malestar. En los casos más agudos se puede oír con bastante claridad un estridor cuando se coge aire al inspirar.
Por la noche los síntomas son más molestos, y a pesar de que normalmente se mejora bastante cuando han pasado dos o tres días, es muy posible que se siga manteniendo tos más suave y mucosidad durante 10 o 15 días. Sin embargo, se requiere atención médica urgente si se observa que su hijo tiene una gran dificultad para tragar, está continuamente salivando, los labios se ponen con un tono morado y se puede observar que se hunde el pecho en cada respiración.
Algunos consejos que pueden ayudar a que el niño se encuentre mejor es hacer que tome abundantes líquidos, que ayudarán a diluir sus mucosidades. Los analgésicos como el paracetamol ayudan a eliminar la fiebre y disminuir la sensación de malestar. No hay que abrigarle demasiado ni mantenerlo en un ambiente caluroso, ya que un ambiente más frío le ayuda a encontrarse mejor. Si la mucosidad origina que los orificios nasales estén muy taponados, se puede suministrar unas gotas de suero fisiológico para ayudarle a respirar por la nariz.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!