Las reglas de oro del maquillaje para sumar en belleza ¡y restar en edad!
El maquillaje es un gran aliado que nos ayuda a mejorar nuestro aspecto. Con los productos adecuados podemos marcar nuestros mejores rasgos, resaltar nuestro estilismo y a jugar con los detalles para dar a nuestro rostro un look más festivo o solemne si la ocasión lo requiere.
Pero el maquillaje también puede jugarnos una mala pasada si no se aplica de forma correcta, un error bastante común que todas hemos visto alguna vez. Por eso, ahora que nos adentramos en temporada de bodas, bautizos y comuniones, te traemos de manos de Sensilis, algunas de las reglas de oro que debemos cumplir para que nuestro maquillaje nos sume en belleza… ¡y no en edad!
#1 Más no siempre es mejor
Por muy mala cara que te veas o por poco que hayas dormido, la solución no está en aplicar una capa más gruesa de maquillaje. Por el contrario, eso hará que el aspecto resulte más “pesado” y marcará aún más las arrugas y líneas de expresión. La base de maquillaje debe ser aplicada siempre de forma homogénea y con una fina capa que extendamos bien. Lo mismo ocurre con los correctores o antiojeras. Si necesitas cubrir más, utiliza un producto específico para ello, pero nunca una capa más gruesa.
*Truco: después de aplicar la base de maquillaje, elimina el exceso con un pañuelo fino de papel, sobre todo en las zonas donde se suelen concentrar las pequeñas arrugas.
#2 Polvos compactos: sí, pero con moderación
Los polvos compactos son un buen aliado para matizar el tono de la piel. Pero hay que aplicar una cantidad sutil, pues su exceso lo que consigue es “matar” el brillo de la piel y hacernos ofrecer un aspecto apagado y sin luz… es decir, más envejecido.
#3 Elegir bien el tono
Las bases de maquillaje muy claras son preciosas cuando la piel es joven y tersa, pero al ir cumpliendo años, puede que nos jueguen una mala pasada dejando un aspecto de muñeco de cera nada deseable. Es mejor que subamos un poquito el tono de nuestra piel con el maquillaje (sólo un poco). Eso nos dará dará un aspecto mucho más rejuvenecido y saludable.
#4 Demasiado brillo
La sombra de ojos y demás productos con brillo pueden ayudarnos a lucir una mirada más espectacular o una piel más luminosa. Pero también pueden hacer que cada partícula se convierta en un diminuto foco que “alumbre” demasiado cada imperfección o pequeña arruga. Para evitarlo, utilízalos lo más alejados posible de las zonas “conflictivas” (patas de gallo, borde inferior del ojo, borde superior del labio…)
#5 Cuidado con el colorete
El color en las mejillas es muy útil para marcar nuestros rasgos y para darnos un toque de frescura cuando nos vemos más apagadas o cansadas. Eso sí, un error muy común y que envejece bastante es aplicarlo demasiado cerca de la nariz. ¡Huye de ella! El colorete debe aplicarse en la parte alta de los pómulos o, si preferimos, debajo de ellos, pero siempre lo más alejado de la nariz posible. Y, cómo no, también con mesura. Un exceso de colorete o un tono demasiado oscuro también nos hace sumar años sin necesidad.
#6 Color de labios
Es un clásico aquello de que cuando te vas haciendo mayor debes huir de los colores oscuros para los labios. No estamos muy de acuerdo, puesto que, bien aplicados, pueden resultar espectaculares a cualquier edad. Eso sí, si ya cumples algunos años, es mejor que te decantes por texturas brillantes o gloss, antes que los acabados mate, que sí es cierto que pueden resultar más duros y hacernos parecer algo mayores.
Finalmente, y como regla general, añadir que una buena hidratación es básica para que el acabado del maquillaje sea el deseado. Así que, no seamos perezosas e invirtamos un par de minutos más en aplicar un buen serum, un buen contorno de ojos y una buena hidratante antes de comenzar con nuestro ritual de belleza. ¡Os aseguramos que merecerá la pena!
Fuente: Noticias Sensilis
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