Volvemos al cole… ¡pero sin piojos!
Como todos sabemos, los piojos son unos insectos que viven exclusivamente en el ser humano y afectan especialmente a los niños, pues el contacto directo entre ellos facilita el contagio.
¿Pero sabes que existen tres tipos diferentes de piojos? Se clasifican en función del sitio en el que viven: los de la cabeza, los del cuerpo y los del pubis. Los del cabello son los más conocidos –dada la propensión a habitar las cabecitas de nuestros niños–, tienen entre 2 y 4 mm de longitud, son de color grisáceo y se alimentan de la sangre que chupan de la piel. El principal problema es su rápida reproducción: cada hembra pone de cien a trescientos huevos, y sólo hacen falta entre 7 a 10 días para que se incuben y desarrolle la larva.
Como mencionábamos anteriormente, la forma de transmisión más frecuente es el contagio directo, ya sea entre personas o por el uso compartido de cepillos, peines y, incluso bufandas, gorros. La edad más corriente para el contagio es entre los 4 y 6 años.
Para combatirlos es indispensable la colaboración entre padres y escuela para que los alumnos sean tratados de forma simultánea, así como familiares u otras personas que hayan podido ser contagiados. Es recomendable que una persona que tenga piojos no asista a la escuela hasta que no comience el tratamiento y, pero si ese no es el caso seguir las siguientes medidas de prevención:
- Revisar la cabeza de los niños, especialmente detrás de las orejas, nuca y flequillo
- Lavar el pelo con una frecuencia mínima de dos a tres veces por semana
- Peinar el cabello y limpiar los peines y cepillos después de hacer el tratamiento. Es recomendable no compartir las herramientas de limpieza personal.
- Idealmente, hacer uso de preventivos en spray o aceites esenciales para usar después de cada lavado
En caso de contagio consulta con el farmacéutico para que te pueda recomendar las pautas a seguir.
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